Entrevista exclusiva de Tribuna Latina amb l'Ernesto Carrión.
Gustavo Franco Cruz
gfranco@tribunalatina.com
Barcelona, 9 de marzo. Ernesto Carrión (Lima, 1964) dirige desde finales de 2006 el ámbito de inmigración de la izquierda ecologista en Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). Con sus 44 años y estudios de Ciencias Políticas en Suiza, tiene claro que los inmigrantes “tenemos que ser conscientes de que sí nos compete cómo y quién gestiona la sociedad por nosotros, nuestras familias y por los que no pudieron venir”.
Con el padrón electoral de las elecciones municipales ampliado a los nuevos residentes, trabaja desde la Comisión Permanente de Inmigración en su partido, junto a sus once miembros, de los cuales ocho son extranjeros. “Hemos pasado de 4 a 45 personas en la sectorial”, asegura Carrión, quien podría ser considerado como pionero en el trabajo político de la inmigración en Catalunya: “Hace cinco años, ningún partido tenía un ámbito específico”. En 2003 fue el candidato 41 en las listas de ICV y en el 2007 el número 21.
¿Porqué deberían votar a ICV los ecuatorianos, colombianos, argentinos y peruanos en las próximas elecciones municipales?
Porque a nivel de partidos, somos la diferencia entre gestionar correctamente una sociedad intercultural, plural y mestiza, con un fracaso más de gobernar esta realidad. No creemos que los inmigrantes son una amenaza, porque otros partidos cuando de repente ofrecen la Casa Gran del Catalanismo (CiU), en realidad ofrecen que hagamos las labores domésticas de esa casa.
¿Considera contradictorio que estas mismas personas puedan votar a los cinco años de residencia, cuando a los dos años ya pueden solicitar la nacionalidad?
Nosotros pedimos que se vincule el concepto de ciudadanía al de residencia legal y no al país de origen. Es el momento de hacerlo, porque en la sociedad hay que contar con sus residentes. Pero en muchos casos no ocurre esta contradicción, porque en muchos casos llevan hasta 20 años de estancia y no han solicitado la nacionalidad. Es cierto que el derecho al voto ha comenzado principalmente con los latinoamericanos, pero también es positivo que se abra la opción a otros países. Llegará un momento en que la gente de cualquier país pueda votar.
¿Considera iguales entre sí a los electores de estos tres países? Me refiero a las ideologías o tradiciones políticas de los distintos países.
Es cierto que cada uno tiene sus ideas políticas, respecto a la oferta ideológica en Catalunya. Pero los extranjeros también toman en cuenta a quienes defienden sus intereses, que a veces no son los mismos que las ideologías de sus países. Ya traemos la experiencia, el error de creer en los discursos que no reproducen la realidad. La época de creer en cuentas y espejos ha pasado.
¿Y las diferencias de estos nuevos electores?
En general son países con más elementos comunes que diferencias. Aunque es cierto que puede haber una diferencia social y cultural, los objetivos comunes son mayores que las diferencias.
Los partidos de derechas en España y Catalunya han apelado a la tradición de las corrientes demócrata-cristianas de Latinoamérica.
Los resultados de esta tradición son los que son y por eso hemos emigrado. Los resultados han sido negativos. Pero es cierto que el discurso puede orientarse en este sentido, por ejemplo, hacia los que no apoyan el aborto. Ahí puede haber un acercamiento, pero la realidad es contundente. Invito que cada elector se acerque y compruebe lo que se ha hecho, como la propuesta del carné por puntos, el arraigo social vinculado a un contrato fijo o privilegiar a unas nacionalidades sobre otras.
¿Y para demostrar el arraigo en Catalunya, como dice el Pacto Nacional para la Inmigración, cuál debería ser el conocimiento de catalán?
El aprendizaje del idioma fue, es y será voluntario. Agradecemos que hay un sistema que lo permite. También creemos que vale la pena hacer un esfuerzo por aprenderlo, pero que en ningún caso sea el certificado necesario para un trámite u obligatorio para el arraigo. En ningún caso el Pacto habla de un examen o certificación mínima, pero sí se refiere a la “comprensión”. La administración sólo te muestra el lado positivo de conocer la lengua: conseguirás trabajo, integración... pero detrás está el bagaje cultural. Vivir en un sitio donde se habla un idioma y no conocerlo, es un error, porque no conocerías ese universo.
¿Deben ser elegidos los inmigrantes?
Es una lástima que se aprobara el voto pasivo y no activo. Al no contribuir con la capacidad de representar al colectivo, pierde la sociedad. El voto no sólo es importante para opinar y decidir, sino para ejercer el compromiso. Al no ser elegidos, es un espacio menos para participar.
¿Qué le responde a los críticos con su partido, que tildan su discurso de buenista o utópico?
Me han dicho que soy un demagógico, “como dicen en su tierra, populista”. Pero es cuando se le miente a la gente, pero no cuando se hace todo lo posible para que sea una realidad tus planteamientos. Nuestro lema de la última campaña autonómica fue “no cambiaremos derechos por votos”. Nos decían: “¿cómo es posible que decidan perder votos por un sector de la población (los inmigrantes) que no puede votar?”. Ahora se ha demostrado que el voto no es utópico ni demagogia. Realismo puro.
dilluns, 9 de març del 2009
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1 comentari:
Gràcies, perquè ens ajudes a entendre millor tot el que té relació amb aquest àmbit. A veure si ens veiem un dia d'aquests, tot i que ja sé que estàs molt ocupat.
Antoni
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